La verdad de Haití
Es obr@ de Redes Sociales y Medios de Comunicación en sábado, enero 23, 2010 Etiquetas Actualidad, RTVE 1 Comentarios
Un viaje de Pérez Reverte
Conservo los télex cruzados entre Madrid y El Cairo, y en todos se asume mi desaparición como algo normal: un percance propio del oficio de reportero y del lugar peligroso donde me tocaba currar. En las tres semanas que fui presunto cadáver, nadie se echó las manos a la cabeza, ni fue a dar la brasa al Ministerio de Asuntos Exteriores, ni salió en la tele reclamando la intervención del Gobierno, ni pidió que fuera la Legión a rescatar mis cachos. Ni compañeros, ni parientes. Ni siquiera se publicó la noticia. Mi situación, la que fuese, era propia del oficio y de la vida. Asunto de mi periódico y mío. Nadie me había obligado a ir allí.
Mucho ha cambiado el paisaje. Ahora, cuando a un reportero, turista o voluntario de algo se le hunde la canoa, lo secuestran, le arreglan los papeles o se lo zampan los cocodrilos, enseguida salen la familia, los amigos y los colegas en el telediario, asegurando que Fulano o Mengana no iban a eso y pidiendo que intervengan las autoridades de aquí y de allá "de sirios y troyanos, oí decir el otro día". Eso tiene su puntito, la verdad. Nadie viaja a sitios raros para que lo hagan filetes o lo pongan cara a la Meca, pero allí es más fácil que salga tu número. Ahora y siempre. Si vas, sabes a dónde vas. Salvo que seas idiota. Pero en los últimos tiempos se olvida esa regla básica. Hemos adquirido un hábito peligroso: creer que el mundo es lo que dicen los folletos de viajes; que uno puede moverse seguro por él, que tiene derecho a ello, y que Gobiernos e instituciones deben garantizárselo, o resolver la peripecia cuando el coronel Tapioca se rompe los cuernos. Que suele ocurrir.
Esa irreal percepción del viaje, las emociones y la aventura, alcanza extremos ridículos. Si un turista se ahoga en el golfo de Tonkín porque el junco que alquiló por cinco dólares tenía carcoma, a la familia le falta tiempo para pedir responsabilidades a las autoridades de allí "imagínense cómo se agobian éstas" y exigir, de paso, que el Gobierno español mande una fragata de la Armada a rescatar el cadáver. Todo eso, claro, mientras en el mismo sitio se hunde, cada quince días, un ferry con mil quinientos chinos a bordo. Que busquen a mi Paco en la Amazonia, dicen los deudos. O que nos indemnicen los watusi. Lo mismo pasa con voluntarios, cooperantes y turistas solidarios o sin solidarizar, que a menudo circulan alegremente, pisando todos los charcos, por lugares donde la gente se frota los derechos humanos en la punta del cimbel y una vida vale menos que un paquete de Marlboro. Donde llamas presunto asesino a alguien y tapas la cara de un menor en una foto, y la gente que mata adúlteras a pedradas o frecuenta a prostitutas de doce años se rula de risa. Donde quien maneja el machete no es el indígena simpático que sale en el National Geographic, ni el pobrecillo de la patera, ni te reciben con bonitas danzas tribales. Donde lo que hay es hambre, fusiles AK-47 oxidados pero que disparan, y televisión por satélite que cría una enorme mala leche al mostrar el escaparate inalcanzable del estúpido Occidente. Atizando el rencor, justificadísimo, de quienes antes eran más ingenuos y ahora tienen la certeza desesperada de saberse lejos de todo esto.
Y claro. Cuando el pavo de la cámara de vídeo y la sonrisa bobalicona se deja caer por allí, a veces lo destripan, lo secuestran o le rompen el ojete. Lo normal de toda la vida, pero ahora con teléfono móvil e Internet. Y aquí la gente, indignada, dice qué falta de consideración y qué salvajes. Encima que mi Vanessa iba a ayudar, a conocer su cultura y a dejar divisas. Y sin comprender nada, invocando allí nuestro código occidental de absurdos derechos a la propiedad privada, la libertad y la vida, exigimos responsabilidades a Bin Laden y gestiones diplomáticas a Moratinos. Olvidando que el mundo es un lugar peligroso, lleno de hijos de puta casuales o deliberados. Donde, además, las guerras matan, los aviones se caen, los barcos se hunden, los volcanes revientan, los leones comen carne, y cada Titanic, por barato e insumergible que lo venda la agencia de viajes, tiene su iceberg particular esperando en la proa."
Arturo Pérez Reverte
Es obr@ de Redes Sociales y Medios de Comunicación en sábado, enero 23, 2010 Etiquetas Análisis, Opinión, Periodismo 0 Comentarios
Periodistas... ¿o niños de papá?
¿Puede la AECID (Agencia Española de Cooperación Internacional y Desarrollo) llevar a más de veinte periodistas dentro de un avión de emergencias? Sí. ¿Puede un periodista ponerse a llorar cagado de miedo nada más poner un pie en Puerto Príncipe al verse rodeado de negros? Sí, y ¿puede el ministro de Exteriores buscarles casa a todos los periodistas para que trabajen con "plena seguridad" cuando sólo ayer hubo tres réplicas y ni la policía ha sido capaz hasta ahora de tomar el control de las calles? Sí, y no sólo eso si no que Juan Pablo De Laiglesia, secretario de Estado para Iberoamérica, tuvo que perder un día entero en cumplir la orden del ministro, en medio de un desastre de estas dimensiones. Y además de todo eso incluyan ustedes a una estrella de la televisión nacional convertida en la mayor mosca cojonera de cuantos han pasado por ahí.
El jueves por la noche, junto a muchos otros informadores de todo el mundo, llegó la orden de los marines de EEUU para que la prensa abandonara las instalaciones del aeropuerto de Puerto Príncipe, que los periodistas habían tomado como base de operaciones para realizar su trabajo. En los últimos días en el aeropuerto desembarcaron miles de efectivos estadounidenses cargados hasta los dientes, los aviones militares aterrizaban cada pocos minutos y el material de emergencia corría de forma frenética por la pista pero paseando alegremente en medio de ese desmadre aparece siempre algún periodista. Y fumando.
¿En algún aeropuerto del mundo alguien permitiría una situación así? Pues aquí en Puerto Príncipe así sucedía hasta el jueves. Hasta que fueron expulsados del aeropuerto. Pero no sólo la prensa española sino los periodistas de medio mundo como era lógico.
Pero los periodistas no tienen toda la culpa no, si no que la tiene un paternalismo estúpido que hace que un señor de Moncloa tenga que aterrizar para ver si estamos bien. Aquí no hay desabastecimiento y la comida se puede comprar perfectamente en las calles, eso sí a precios disparatados aunque perfectamente asumibles para un señor que paga en euros. Así que no hay necesidad de ir a robar por la noche (sí, robar por la noche) la comida traída desde España para los equipos de rescate. Tampoco hay violencia, salvo saqueos puntuales, lógicos en estas circunstancias y la electricidad no se ha ido nunca. Pero no, muchos periodistas preferían vivir bajo el cobijo de la gallina de la AECID antes que enfrentarse solos a la una ciudad destrozada de la que lo desconocen todo.
Es obr@ de Redes Sociales y Medios de Comunicación en sábado, enero 23, 2010 0 Comentarios
Cinco periodistas se aíslan para conocer la realidad sólo a través de las redes sociales
"Él nunca lo haría"
Cinco periodistas de radios públicas francófonas tratarán de responder a todas estas preguntas del 1 al 5 de febrero, periodo en el que se encerrarán en una casa rural, aislados de todo canal de información y como único vínculo con el mundo exterior, las redes sociales Twitter y Facebook.
El objetivo es comprobar cómo se refleja la actualidad en ambas páginas. Para conseguirlo, reporteros de France Info, France Inter, Radio Télévision Suisse, Radio-Canada y Radio télévision belge de la communauté française (RTBF) se encerrarán en una vivienda de la región francesa de Périgord sin televisión ni prensa, según publica la web Télé 2Semaines.
Los cinco compartirán un blog en el que relatarán su experiencia y el último día, el 5 de febrero, los periodistas Nicolas Poincaré y David Abiker ofrecerán una mesa redonda tras abandonar la casa rural, de 20.30 a 21.30 horas, para presentar sus conclusiones y mostrar cómo se ve el mundo a través de una red social.
20 Minutos
Es obr@ de Redes Sociales y Medios de Comunicación en jueves, enero 21, 2010 Etiquetas ¿En serio?, Facebook, Medios de Comunicación, Periodismo, Redes Sociales, Twitter 0 Comentarios
El Manchester prohíbe Facebook y Twitter
Es obr@ de Redes Sociales y Medios de Comunicación en jueves, enero 21, 2010 Etiquetas ¿En serio?, Actualidad, Curioso, Fútbol, Redes Sociales 0 Comentarios