Inevitablemente, el tira y afloja entre Wikilieaks y EE.UU suena a película (como no, americana). Primero se atreve el portal a publicar alrededor de 70.000 documentos que ponen en entredicho la gestión de los americanos en la guerra de Afganistán, divulgando casos tan polémicos como la muerte de civiles sin ningún control por parte del Ejército americano. Tras la publicación de esos documentos, EE.UU asegura que es peligroso sacar a la luz esos informes, ya que hay nombre de inocentes y otras personas que todavía residen en Afganistán y se ponen en peligro sus vidas y su reputación. Ante esta petición de no difundir la información, Wikileaks es tajante: “publicaremos más informes si es necesario. Sin embargo, entendemos el peligro que puede suponer la información que manejamos. Por tanto, ayúdennos (Pentágono y FBI) a ocultar los nombres para evitar problemas porque nosotros no podemos hacer ese trabajo en solitario”. Tras varios días pensándoselo, la respuesta de los americanos es una negativa. Mientras decidían qué hacer, les ha dado tiempo a ingeniar un maléfico plan para desprestigiar a Julian Assange, fundador de Wikileaks, al cual le acusaron de dos delitos, uno de maltrato y otro de violación. Haciendo un inciso, supongo que quien oculta unos delitos como esos tiene pocas ganas de enfrentarse a los Estados Unidos, sabiendo que es posible que sus casos salgan a la luz; eso dice mi sentido común y creo que el señor Assange habrá pensado en ello. Por tanto, la lógica y la desconfianza en las estrategias americanas me indican que mienten y que es una campaña para destrozar la imagen de Wikileaks.
Finalmente se le eliminaron los cargos por violación porque no había suficientes pruebas. La siguiente batalla, el plan B, es acusar a Wikileaks de financiación irregular. Y lo dicen los medios de comunicación, el congreso, las grandes empresas… que tanto negocio han hecho con esa guerra y que posiblemente sean más irregulares sus cuentas que las de un portal que, aunque no todo lo que dice puede que sea verdad, pone de manifiesto que hay mucha gente que quiere ocultar grandes cantidades de información de una guerra injusta que desde el primer día ha estado mal gestionada.
Finalmente se le eliminaron los cargos por violación porque no había suficientes pruebas. La siguiente batalla, el plan B, es acusar a Wikileaks de financiación irregular. Y lo dicen los medios de comunicación, el congreso, las grandes empresas… que tanto negocio han hecho con esa guerra y que posiblemente sean más irregulares sus cuentas que las de un portal que, aunque no todo lo que dice puede que sea verdad, pone de manifiesto que hay mucha gente que quiere ocultar grandes cantidades de información de una guerra injusta que desde el primer día ha estado mal gestionada.
@alopezgil
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