El tiempo pasa igual de rápido que siempre. Un segundo es un segundo y una hora sigue siendo 60 de minutos. Sin embargo, ahora más que nunca, queremos que todo suceda en el momentos, sin necesidad de esperar nada. Si llegamos al metro y vemos que tenemos que esperar 3 minutos...puf!, eso es una eternidad. Si estamos conectados a Internet y vemos que tarda 7 segundos en cargar una página...puf!, qué petardo es este ordenador... Así todo el día.
Las cosas están cambiado en la concepción del tiempo. Antes no era todo así. No me imagino a Cristóbal Colón impaciente por llegar a las Américas en 15 minutos (y si tardó tanto sería por una avería en la línea Palos de la Frontera - Avda. de América). Tampoco creo que alguien que esperaba una paloma mensajera anduviera mirando al cielo constantemente.
Quizás este cambio pueda ser malo para nuestra salud física y mental. El estrés y la merienda de uñas viene por cosas como esas: cuando quieres que todo llegue cuanto antes.
Muchas de las cosas buenas se hacen sin prisa, lentamente, con paciencia. El que espera desespera pero el que desespera porque no sabe esperar ni un solo segundo, tiene un gran problema.
De todos modos, siempre podrás encargar un presupuesto a "Vidas de Diseño S.A.", porque es fácil fabricar vidas perfectas... Estás a tiempo...
A.López Gil
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