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Bolonia y la pasta

Las Universidades españolas están a la espera de la implantación del nuevo y famoso Plan Bolonia. Como universitarios que somos, nos preocupa este tema (y lo vamos a tratar aunque no se ciña al tema del blog). Las bases de este Plan viene de la Unión Europea y nuestras universidades tienen que ir poniéndose a tono para darle la bienvenida. Han surgido muchos interrogantes ante su eminente llegada: ¿Qué es?; ¿Por qué nadie sabe nada de lo que es realmente?; ¿A mí me afectará?...entre otros muchos enigmas.
El caso es que, Bolonia es una ciudad preciosa, pero la imagen que nos llega es más bien mala con el dichoso Plan. Y todo porque, al parecer, quieren que se haga una enseñanza orientada a las empresas o a lo que demanda el mercado; y todo porque las becas se tienen que devolver cuando se empiece a trabajar; y todo porque las prácticas en empresas son obligatorias y no remuneradas. ¿Les parece poco?
A mi lo que más me llama la atención es que aquí nadie sabe nada. Si preguntas a cualquiera, no te sabrá decir en qué consiste el cambio. Yo creo que todo tiene mucho que ver con la pasta.
Sabemos de sobra que en Bolonia son unos artistas con eso de la pasta por dos razones: porque son italianos y en la cocina, la pasta es su especialidad y porque son italianos y, con tal de ver pasta, te venden hasta a la suegra del vecino.
El caso es que se está horneando una nueva receta para nuestras universidades y hay quien dice que el plato final es amargo e indigesto. Nos intentan igualar al resto de Europa con un Plan que no va a funcionar. Las razones son muy sencillas: no se puede ejercer el sistema en clases tan numerosas; con una enseñanza universitaria que no ha tenido revisiones claras en los últimos años. Tenemos, además, un sistema educativo que cambia según sea el partido que gobierna.
Bolonia es una ciudad que nos ha regalado un magnífico plato: la pasta a la boloñesa. También la recordaremos como el origen de un Plan de Estudios Universitarios que tiene entre sus principales bases ganar mucha, mucha pasta para las empresas de turno.
Entre platos anda el juego. Solo queda esperar que todo empaste bien y que no quede en agrio pasto para ganado. Eso si, quien ha ganado ha sido la desinformación.
A.López Gil