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INSUMISIÓN FISCAL VS. CORRUPCIÓN (I)

¿Por qué soy insumiso fiscal?

Por conciencia.

Qué fácil y breve sería responder a esta pregunta con dos palabras y cuántas son necesarias —demasiadas— para explicar la respuesta. Soy el sujeto pasivo etiquetado con el NIF 394.503-F y llamado José César Martínez de Castilla y Muñoz, nacido en Madrid el 20 de agosto de 1962 y de nacionalidad española.
Después de dejar clara mi identificación fiscal en primer lugar —esencial en esta lid y para que los intocables sepan todo lo que les interesa saber de mí—, sugeriré una reseña bibliográfica: La casta-El increíble chollo de ser político en España de Daniel Montero, Editorial La esfera de los libros. La lectura de esa prueba documentada ayuda a unificar el punto de partida que facilitará la comprensión de esta respuesta. Antes de comenzar aclararé una palabra para que se entienda por qué la utilizo.

Los intocables.
Llamo así a una parte minúscula de los ciudadanos de este país que se
autoconceden grandes privilegios al interpretar el ejercicio del poder político de una manera absolutamente descarriada. Conforman una minúscula casta, 80.000 individuos, a la que se podría denominar inconstitucional porque han inventado y además patentado un mayorazgo conocido con el título de Aforados; también se han inventado un Tribunal Superior de Justicia que los convierte en intocables. Aforados es un concepto que no se explica dentro de una Constitución —que a la mayoría se nos ha obligado a acatar— que desde el principio sanciona que todos seamos iguales; todos menos ellos: los intocables. Si son tan españoles como el resto no deberían de ser tan diferentes a los demás, ni en sueldos, derechos ni privilegios, y más si es la soberanía popular la que está pagando estas prebendas. Esa manera irresponsable de entender la política podría ser la norma en otros regímenes a los que peyorativamente se llama «Bananeros» y que nada tienen que ver con la moto que nos han vendido: la Democracia Parlamentaria. Realmente es otra cosa. Aparte de ellos ¿Quién se siente representado por los intocables? ¿Quién se siente amparado por su legislación? ¿Quién se siente protegido por las fuerzas del orden? Como la respuesta unívoca es los intocables, llama la atención que además se escandalicen cuando aparecen esposados como el resto de los delincuentes. Los llamo intocables porque entre los que formaban parte del sistema de castas de India, estos eran los rechazados o repudiados por la sociedad —debido a motivos que nada tienen que ver con la insumisión fiscal en la España del 2010 ni se van a analizar en este artículo—. Llamarlos con esta denominación es porque gran parte de ellos debería de ser condenada por lo menos al ostracismo y si alguno (o los que hiciera falta) entrara alguna vez en la cárcel no pasaría nada.

La siguiente puntualización no sigue ningún orden jerárquico, es un todo que intenta compartir la visión global del presente y que puede no coincidir con las percepciones del subconsciente de cada sujeto pasivo. Por ello se ha sugerido la reseña bibliográfica, para ayudarnos más del consciente.

· Informo de que soy insumiso fiscal porque me han impuesto una Constitución que
sanciona la libertad de expresión y de información.

· Soy insumiso fiscal porque es la única manera eficaz que conozco para dejar de ser un
sujeto pasivo y estar como verbo activo.

· Soy insumiso fiscal porque detesto defraudar. Todos perdemos con este mecanismo de defensa que justifico en un país en el que todos los sujetos pasivos estamos convencidos de la corrupción generalizada que existe. El diario Expansión del 20-08-08 publicaba un titular a tenor de una encuesta realizada por el Ministerio de Hacienda: «La mitad de España quiere defraudar a Hacienda» y puntualiza: «Una de cada dos personas entiende que se defraude al fisco». ¡No me extraña! Que los intocables tengan el vicio de trapichear no debería contagiar a los demás para también hacerlo pero con los mendrugos que tienen la misericordia de conceder. Según los Técnicos del Ministerio de Economía y Hacienda (15-10-08), la bolsa —más bien agujero negro— del fraude fiscal asciende a 240.000 millones de euros, un 23% del PIB. ¿Cuántos ciudadanos de la calle tendrían que defraudar para llegar a esa cantidad? Seguramente todos durante gran parte de su vida.

Carnavales 2010.
El caballero Alcor.

4 Comentarios:

Anónimo dijo...

Heavy,
¿quién es este tío? ¿sigue el texto?

Redes Sociales y Medios de Comunicación dijo...

El texto sigue y es aún más interesante.
Mañana es la segunda entrega.
¡No te la pierdas!

Anónimo dijo...

Caballero Alcor es un tipo grande del que todo ciudadano deberia estar orgulloso y seguirle en la insumision.

Anónimo dijo...

César, te quiero !!!!!!!!!!
Tienes dos cojones, ojalá yo fuera capaz de hacer lo mismo.