Los primeros pasos que uno da por el periodismo no se hacen en un laboratorio donde todo es ideal, utópico y reina la objetividad; es nuna clase donde un déspota ilustrado con ojeras, polvo y telarañas en las axilas te intenta explicar qué es el periodismo desde una mesa. Con su micro, sus ideas y su poca ilusión, consigue desmotivar al más pintado.
El primer paso es llegar a una entrevista de trabajo y te pregunten si tienes prácticas, blog, twitter, si mantienes contacto con algún periodista el activo... es ahí cuando te das cuenta de que tienes que empezar a andar, que hay gente que te saca mucha ventaja y que deberías haberte puesto antes a hacer algo (ya que tanto te gusta el periodismo).
Si el espacio de formación entre el tiempo es el adecuado, la velocidad será la permitida para que acepten en cualquier puesto de trabajo (es física). Yo me he dado cuenta de que gracias a estas cosas estoy empezando a ser algo: ahora mismo soy alguien a quien poca gente lee, pero que está, existe y tiene ilusión por informar.
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