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Cocina y tecnología


Las nuevas tecnologías, cada vez más presentes en muchos de los ámbitos de nuestra vida cotidiana, hacen ya su entrada estelar en la gastronomía.
El restaurante londinense Inamo se ha convertido en el primer restaurante interactivo del mundo. La carta del menú ya no es necesaria, basta con hacer un “click” en un lado de la mesa para que se nos desplieguen en una pantalla las opciones a degustar. Además de guiarnos por el nombre se nos ofrece una ayudita más por si aún estamos indecisos. Y es que podemos ver “la pinta” del plato a través de una fotografía del mismo. El precio, importante también a la hora de decantarnos por uno u otro bocado, aparece reflejado en la misma pantalla. Por último, ya sólo nos queda seleccionar lo que vamos a tomar y pulsar la tecla “OK” para rematar nuestro pedido.
Esto, que tan excéntrico y curioso puede parecer, es lo menos de lo que puede acaecer en este novedoso restaurante. Cambiar los colores y la forma del “mantel” para personalizar de alguna manera nuestra mesa, o echar un vistazo a lo que acontece en la cocina viendo lo que hacen en cada momento los cocineros a través de una cámara, hacen de lo que podría ser una simple comida fuera de casa, poco menos que una experiencia digna de vivir.
Se podría pensar a raíz de esto que tanta tecnología convierte este restaurante en, de alguna forma, un lugar frío donde las relaciones sociales habituales se sustituyen por meras órdenes a través de aparatos electrónicos. Sin embargo, se dice de Inamo que tan sólo se diferencia de los demás de su especie por la forma de solicitar los platos, pues las interacciones entre personas se siguen dando de igual manera. Así, cocina y tecnología se unen para dar un mejor servicio, de calidad y más cómodo, al cliente ya que quizás, por mucho desarrollo que exista, la calidez y confianza del trato humano sea insustituible por la eficacia de las máquinas.
De todos modos y como siempre comentamos en este espacio, esto evidencia una vez más el desarrollo de las tecnologías y la influencia y presencia de éstas en cada vez más espacios de nuestra sociedad. Así, además de tenedor y cuchillo, en nuestra mesa ya es necesario el ratón de un ordenador.


Bárbara González Muñoz

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